domingo, 26 de octubre de 2008

Del por qué del nombre del blog y otros asuntos, Parte II

Muchos de vosotros no sabéis el significado del culteranismo, y otros lo habéis olvidado, pues para ello me he puesto mi maltrecha toga, mi polvoriento birrete (mi gata se robó la borla para jugar, lo siento) para hablar del asunto.

El Culteranismo se considera un término peyorativo -creado desde la palabra luteranismo de Martín Lutero- para comparar a los culteranos como herejes de la verdadera poesía, una corriente de El Siglo de Oro español . La realidad es que los culteranos forman esa rama barroca del Conceptismo, la que se basa en la asociación ingeniosa entre palabras e ideas, donde el significado de una palabra puede tener muchos y puede dificultar los sentidos entre la gente y hasta el entendimiento de la obra literaria. En otras palabras, lo que debe ser conciso, se convierte en enigmas para que el lector descifre.

El culteranismo utiliza versos ornamentados: los autores que caracterizan dicho estilo eran muy locuaces. En vez de ser breves en la sintaxis, preferían laberintos verbales muy elaborados, y el uso excesivo del hipérbaton. El hipérbaton es una figura literaria que consiste en cambiar el orden sintáctico de las palabras; o sea, que en vez de tener un sujeto, un verbo y un predicado, podemos tener un predicado, sujeto y verbo. Un ejemplo vivo moderno del hipérbaton es la forma de hablar de Yoda en La Guerra de las Galaxias: “Un jedi serás” cuando le predijo el futuro a Luke Skywalker…

Además, el culteranismo utiliza los cultismos o palabras extraídas del latín sin tener que ser traducidas, enriqueciendo el vocabulario hasta el día de hoy (ver el blog de la Profe Viajera); utiliza metáforas, alusiones mitológicas, y perífrasis ( en retórica es andar con rodeos para decir algo. i.e. Supremo Hacedor=Dios)

En fin, el culteranismo es una búsqueda de adquirir y demostrar cultura con la expresión literaria, ser culto o al menos intentar serlo y, si puedes demostrar estéticamente que lo eres o puedes fingir, pues exprésate. Si alguien quiere llamarte arrogante, pedante y altanero porque quieres aprender a ser una persona que se adscriba al culteranismo, pues que lo hagan; sé tú mismo, sé elocuente, hasta sé locuaz. La lengua es para comunicarse, y si puedes lograr las últimas tres cosas que he dicho, habrás logrado algo que muchos no pueden hacerlo: ser como un Luis de Góngora o un Francisco de Quevedo, dos de los escritores más prolíficos de la Literatura Española.

Solamente había un problema: los dos eran enemigos acérrimos, Góngora era culteranista, clásico, con influencia garcilasiana (Garcilaso de la Vega) , mientras Quevedo era conceptista, que valoraba más la ideología que la estética y reprobaba los malos usos y malas costumbres de la época. Ser conceptista era jugar con las palabras, con las ideas, paradojas y conceptos, que termina como en un juego de chistes, antítesis rebuscadas, símbolos. Pero vamos, ambos son muy similares, pero hay una diferencia: La diferencia consiste en que el conceptismo opera sobre el pensamiento abstracto y el culteranismo sobre la sensación. Uno es racional, el otro puramente estético. El conceptismo se manifiesta principalmente en la prosa; el culteranismo, en la poesía.

Luis de Góngora y Francisco de Quevedo llevaron un duelo verbal que ha quedado plasmado en muchos poemas muy interesantes en la historia de la literatura española, que hablaremos en la próxima intervención, aunque… No puedo evitar un avance. Es uno de mis poemas favoritos, quizá porque me identifico un tanto físicamente con la víctima: la nariz de Luis de Góngora, que Francisco de Quevedo describe en el poema. Disfrutad lo que viene a continuación, que luego tendréis algunas preguntas al final para responder.


A un hombre de gran nariz


Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.


Preguntas.

1. ¿Conocéis el significado de estas palabras? Si no, buscadlas: superlativa; sayón; escriba; peje; barbado; encarado; alquitara; espolón; galera.

2. ¿Quién fue Ovidio Nasón? Ver Material y Textos de Literatura Universal

3. ¿Quiénes eran las Doce Tribus y por qué tenemos esa alusión?

4. ¿Quién fue Anás? Ver Recursos Bíblicos Blogs, para saber por qué Quevedo habla del “delito”

5. ¿Os atrevéis a descifrar la rima?


Hasta luego amigos.